¿Sabías que……?

  • La música es una matemática en movimiento

  • Exposición, talleres y actividades

  • En CosmoCaixa, de Barcelona

  • “MateMiFaSol” es un viaje histórico

  • Dos disciplinas

  • Estructuras complejas y reglas de manipulación

  • Trabajo que requiere práctica y creatividad

La música y las matemáticas comparten muchos parecidos. La música nos emociona matemáticamente y, gracias a las matemáticas, entendemos la esencia más pura de la música. Esta exposición de CosmoCaixa en Barcelona, brinda un viaje sonoro que, partiendo del silencio absoluto, indaga la sonoridad de la natura: la música de la materia y las matemáticas que rigen los patrones musicales.

La musica i les matematiques: MateMiFaSol

La música y las matemáticas son campos de estudio que comparten muchas similitudes. Se acepta que Pitágoras y sus discípulos fueron los primeros en establecer un vínculo directo entre la música y las matemáticas. Desde entonces, muchos otros matemáticos intentaron afinar las relaciones entre estos dos mundos. Incluso Kepler dedicó décadas a intentar describir la música generada por el movimiento de los astros. Su teoría estaba equivocada, pero acertó al considerar que la música estaba presente en todas partes.

Ambas disciplinas estudian objetos abstractos, tienen estructuras complejas, reglas de manipulación, una notación bien definida y son absolutamente precisas en sus resultados. Trabajar en ellas requiere práctica, creatividad y una mente analítica. Pero su relación va mucho más allá de las habilidades necesarias para su estudio. Las matemáticas se encuentran presentes en todos los aspectos de la música, desde la física del sonido hasta la elaboración de instrumentos, desde patrones rítmicos hasta la armonía tonal, de la música clásica a la electrónica.

Matemáticas, el silencio musical

La exposición “MateMiFaSol” es un viaje histórico por ambas disciplinas. A través de siete ámbitos, como las notas de la escala diatónica, nos guía por la conjunción que se establece entre una y otra, tan estrecha que nos ayuda a entender por qué el orden, la regularidad y la proporción alimentan la música y por qué la emoción, el sentimiento y el afecto nutren los números. Tras recorrer mitos y conocer personajes de la ciencia y la música, se parte del silencio absoluto para sumergirnos en el origen y el caos del universo, en la sonoridad de la naturaleza. Se trata de explorar qué es el sonido, cómo lo captamos y por qué la música tiene esa gran capacidad de emocionarnos, de hacernos apreciar su estructura, la experiencia estética que esta supone y de qué forma se matematiza.

¿Cómo suena la música de la materia?
¿De qué forma las matemáticas rigen los patrones musicales?

Aritmética, geometría, lógica… Al escuchar la música de la vida, descubrimos esos latidos rítmicos y un sinfín de efectos acústicos que convierten a los seres vivos en auténticas máquinas polirrítmicas. La muestra incide también en el poder curativo que subyace tras las notas musicales, no en vano la música activa el cerebro humano desde el plano sensorial, motor, perceptivo-cognitivo y emocional. Por ello, las neurociencias estudian los beneficios que produce, por ejemplo, en personas con autismo, lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas. La música, y las matemáticas que la conforman, han sido un modelo explicativo del universo que ha estado siempre presente, desde el propio nacimiento de la reflexión filosófica.

“Porque no solo en la Tierra impera la música:
también los planetas conforman una orquesta que resuena por todo el cosmos.”

La musica i les matematiques "MateMiFaSol"

Imagen-portada: Promocional del MateMiFaSol
Fuente e Imágenes: CosmoCaixa/ CosmoCaixa-Barcelona