Una excursión de hermandad anual....

• Visita de la Colla Tarragona Dansa alrededor de Semana Santa

• Con el objectivo de recojer tomillo y romero, y

• Conocer mejor el extraordinario Pont del Diable

• 2000 mil años de historia

• Parque Eco-histórico

Hace unos días la Agrupación Sardanista Tarragona Dansa, organizó una excursión al Parque Eco-histórico del Pont del Diablo y su entorno natural, que está a unos 4 km de Tarragona -la antigua Imperial Tarraco- monumental obra de los romanos de hace dos mil años.

Ciertamente, con una hora corta de caminata desde Tarragona, podemos disfrutar de la biodiversidad que todavía es posible encontrar en el Parque Eco-histórico del Pont del Diable, embriagarse con los olores penetrantes de las plantas aromáticas y la resina de los pinos, escuchar una muchedumbre de cantos de pájaros forestales, sorprenderse por el salto vertiginoso de una ardilla de árbol a árbol o el vuelo acrobático de un roquerol entre las arcadas del acueducto, disfrutar del sol filtrado a contraluz a través de la hoja de un palmito, admirar la diversidad de formas y colores de las mariposas, pisar musgo, oler vida.

El Parque Eco-histórico del Pont del Diable es una muestra sencilla, pero llena y preciosa, de la biodiversidad mediterránea. Todo el conjunto de seres vivos de las brotas, las maquias, los pinares y encinares, no demasiado diferentes de los que los romanos se encontraron hace dos milenios.

Acueducto de les Ferreres o Pont del Diable

• El 1905 se declaró Bien Cultural de Interés Nacional, y
  

• El 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, parte del Conjunto Arqueológico de Tarraco. 

El acueducto romano que se conoce con estos dos nombres, es una obra monumental, gran parte en pie. Tiene una longitud de 217 m y una altura máxima de 27 m, sin contar la galería de conducción del agua, restaurada actualmente, que debía de tener unos 2 metros más. Consta de dos niveles de arcadas sobrepuestas con 11 arcos al nivel inferior y 25 arcos al nivel superior. Los arcos tienen una anchura (luz) de 6,30 m, una altura de 5,70 m (donde no se tienen que adaptar al desnivel del barranco) y un grosor de 1,86 m. La distancia entre los arcos es de 8 m. La cota del acueducto al costado norte es de 56,8 m y el costado sur de 56,4 m.

Fue levantado entre los dos lados del barranco de los Arcos al término de Tarragona, que llevaba agua del río Francolí a la antigua ciudad de Tarraco. Es uno de los acueductos más monumentales y bien conservados de la época romana y el más importante de Cataluña.

Toda la estructura del puente fue construida en opus quadratum, bloques de piedra regulares cortados en forma de sillares ligeramente almohadillados y colocados en seco, sin mortero en sus juntas.

El canal que llevaba el agua, que se encontraba solo en el piso superior, denominado Specus, fue construido en opus signinum, con un mortero impermeable a base de cal y arena. La piedra por la obra fue sacada de una cantera próxima.

Breves notas de la historia

Aunque no se conoce la fecha exacta de la construcción del acueducto, parece probable que se hubiera levantado en el siglo I d. C., en la época del emperador Augusto, coincidiendo con el crecimiento de Tarraco por la urbanización de la parte alta de la ciudad, sede del Concilium provinciae de Hispania Citerior.

El acueducto estuvo en funcionamiento hasta la edad media. Fue restaurado en el siglo X —bajo el reino del califa Abd al-Rahman III de Córdoba— y otra vez en el siglo XVIII. Durante el siglo XIX y el siglo XX se llevaron a cabo varios trabajos de conservación para parar el deterioro del monumento.

Después de la adquisición del terreno por el Ayuntamiento de Tarragona, se inauguró en 2005 el «Parque Eco-histórico del Pont del Diable» para proteger tanto el monumento como su entorno natural.

Entre el 2009 y el octubre de 2011 fue restaurado haciendo una representación de la época romana y permitiendo el paso de agua por el canal de la parte superior. Con la restauración se han conocido los materiales de construcción de la época, como se construyó el acueducto e incluso cuánta gente trabajó al monumento, conocido como cuevas de la Pedrera.

Sin duda, este espacio, es un buen rincón de Cataluña para disfrutar de la biodiversidad y la historia, como parte de una excursión, deporte o turismo.