Muchos comentarios y opiniones, expresan que los loros y algunas especies similares de aves, tienen la posibilidad de pensar, de hablar. Es claro que en muchos casos oímos “palabras, saludos, nombres o sonidos” que podemos identificar y no sabemos de dónde han venido, y pronto nos encontramos con un loro que hace las veces de anfitrión.
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La humanidad se comunica a través de la palabra
La palabra se origina por un conjunto de regiones que intervienen en la producción del sonido, estas se encuentran principalmente en la cabeza con músculos como la lengua, los labios o sin embargo también pueden encontrarse en el interior del cuerpo humano como la laringe, la faringe o la glotis.
Los loros son una especie social
Desde la época de Aristóteles, la gente sabe que los loros son inteligentes, tienen buena memoria y una gran habilidad para imitar palabras de los humanos y la entonación con la que las expresan. Al igual que los seres humanos, los loros son una especie social que se ha desarrollado un repertorio de vocalizaciones para comunicarse con sus congéneres.
En cautiverio, los loros no se limitan a imitar a los seres humanos, también imitan a perros, gatos y cualquier otro animal doméstico. Más aún, también pueden articular respuestas y aparentar una comunicación oral utilizando las palabras adecuadas en el contexto correcto.¿Para qué quieren los loros esta habilidad en la Naturaleza?
¿Por qué “hablan” los loros?
¿Para qué les sirve esta habilidad en la Naturaleza? Durante años se ha estudiado la comunicación mutua entre loros en estado salvaje. Se creía que los loros imitan los sonidos del ambiente y que los machos con un repertorio más amplio de imitaciones impresionan más a las hembras. Pero los investigadores han descubierto que la respuesta correcta es que los loros son aves sociales y se imitan los unos a los otros. Los loros emiten llamadas de contacto y las utilizan para su cohesión social, como si los loros pronunciaran sus propios “nombres” y los nombres de sus compañeros.
En cautividad los loros repiten esta conducta con los sonidos (palabras) emitidos por sus dueños. Más aún, los espectrogramas de los sonidos emitidos por los loros de un mismo grupo tienen marcas que permiten identificarlos como miembros de dicho grupo, como si se tratara de los “apellidos” comunes a todos.
Más aún, los padres emiten una llamada distintiva (le ponen un “nombre”) para sus polluelos que estos aprenden cuando tienen entre 3 y 4 semanas de edad. Estas llamadas (“nombres”) que les ponen sus padres son utilizadas por el loro para, tras ciertas modificaciones, construir su propio “nombre propio.” En un grupo grande de polluelos, los padres pueden localizar a sus propios polluelos gracias a estos “nombres” sonoros, y al revés, los polluelos pueden identificar a sus padres gracias a las de ellos. ¡Increíble!
Conclusiones
En realidad, lo que los loros hacen (y otras aves como las cotorras, cuervos, urracas, estorninos, cacatúas, etc…) es repetir aquellos sonidos que han escuchado (en multitud de ocasiones la voz humana) y son capaces de reproducirlos con gran precisión, gracias al órgano vocal que poseen, en la base de la tráquea, llamado “siringe”.
La pequeña lengua redonda que tienen, la cual mueven con gran rapidez, provoca que las vibraciones del aire en las paredes de la siringe reproduzcan aquellos sonidos que han escuchado y quieren emitir o imitar.
La repetición continua de una frase o palabra por parte de una persona provocará que termine reproduciéndola de una manera prácticamente idéntica.