La placomusofilia.....
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Nombre del coleccionismo de placas de cava
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Son 178 años de historia desde el invento y patente
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Coleccionistas, encuentros e intercambio en todo Cataluña
Hace unos días mi hija me llevó a un espacio de la Rambla donde periódicamente se reúnen los coleccionistas de placas de cava, su entusiasmo y aquella nueva experiencia me ha incentivado a realizar una corta investigación de este curioso e interesante grupo y, por lo tanto, a escribir este artículo.
El nombre de Placomusofilia hace referencia a la afición por el coleccionismo de placas de cava, a su recolección, organización y la mayoría a su catalogación. Los aficionados no utilizan habitualmente los nombres “placomusofilia” y “placas de cava”, los argots que usan habitualmente son “chapas de cava” y “coleccionismo de chapas de cava”.
¿Que son las placas de cava?
Las placas de cava son aquellas placas metálicas que se sitúan encima del corcho y bajo el alambre para sellar las botellas de cava. Consiguiendo así evitar que la presión producida por el gas dentro de las botellas expulse el corcho.
Estas placas junto con las etiquetas sirven para identificar el producto, nombre del cava, a veces la serie o numeral de la botella y origen. También se usa para la mención de ocasiones especiales, mostrar monumentos, promociones, celebraciones especiales o personalizarlas.
Las placas tienen un diámetro entre el 28 y 35 milímetros y unos entalles más o menos grandes según su historial, que sirve para dejar espacio y encajar las patas del bozal de alambre, manteniendo así la presión interna de las botellas.
Una historia con 178 años
La historia de las placas metálicas se remonta muchos años atrás, en concreto a 1844 en Francia, donde encontramos una pequeña población llamada Chalons sur Marne en la región de la Champagne, donde nació Adolphe Jacquesson, hijo de un viticultor de una bodega familiar. Esta bodega sufría grandes pérdidas por que los tapones salían expulsados debido a la presión interior de las botellas, perdiendo así gran parte de su producción.
Así que Adolphe Jacquesson, el 11 de noviembre de 1844, inventó el sistema que todos conocemos, registrando su patente, que consiste en el tapón de corcho, la placa metálica y el bozal de alambre que los sujeta a la botella de vidrio.
A finales del siglo XIX, empezaron a marcar las placas de cava con un sistema de cuños, personalizándolas con el nombre del productor o marca.
En Cataluña, encontramos las placas más antiguas desde principios de siglo XX, y se coleccionan desde hace muchos años, seguramente más de cien, prácticamente desde que se produce el vino espumante, champán, xampanya o finalmente el nombre de “cava”, nacido por denominación en 1972, como resultado del conflicto entre Francia y España por las protecciones establecidas a las denominaciones de origen “DO” . En resumen desde que las masías y bodegas de Cataluña producían y envasaban la variante del vino gasificado y cuidado bajo tierra en las cavas, con tapones de corcho......
El coleccionismo actual
Esta placa metálica, es conocida como placa de cava especialmente en Cataluña y en general en España, de champán en Francia, spumanti en Italia, sparkling wine a USA, sekt en Austria y Alemania, champán o escumantes en Argentina y Chile, etc...
Hoy en día se cree que hay más de 250.000 placas coleccionables o coleccionadas. En Cataluña una de las colecciones más importantes tiene catalogadas más de 84.000 placas de cava. Es aquí donde casi todas las poblaciones tienen coleccionistas y muchos de ellos asociaciones, lo que permite que se reúnan en diferentes encuentros para intercambiar las piezas repetidas, aumentando sus colecciones, y en especial compartiendo buenos momentos.
También en Cataluña tenemos el Museu de Plaques de Cava i Champagne en Sant Feliu de Guíxols, museo donde podemos encontrar una parte de la vastísima colección de placas de vinos espumantes de Josep Albó i Juncà. Se pueden ver más de 26.000 ejemplares, en paneles y cajoneras, así como botellas antiguas y otros objetos relacionados con el mundo del cava.
El Museo de Plaques de Cava i Champagne (www.museuplaques.com) es el resultado de la pasión coleccionista de Josep Albó i Juncà. El año 1998 empezó a recoger placas de vinos espumantes y, actualmente, tiene más de 109.000 diferentes. Probablemente es la colección más importante de origen francés y español.
Conclusiones
Es muy claro que el coleccionismo de placas de cava es una afición extendida por toda Cataluña, que encuentra novedades cada día y por tanto su colección es indefinida en número, tanto por la producción de cava por las diversas bodegas y las colecciones de variantes que colocan en el mercado de todo el mundo.