¿Quién se atreve a completar el camino?....
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3 continentes / 17 países
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22.387 km de ruta
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Desde Ciudad del Cabo hasta Magadán
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En 560 días
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40 km por día promedio
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¿Te animas a la aventura?
No hay duda que hemos escuchado aquello de… “todos los caminos llevan a Roma” o “este año haré el camino de Santiago”. Más difícil es conocer quién te diga “voy a caminar más de 22.000 km. por el camino más largo del mundo”.
Con mayor exactitud, podemos caminar 22.387 kilómetros para lograr ir desde Ciudad de Cabo en Sudáfrica, extremo sur del continente africano, hasta Magadán en Rusia, al extremo nordeste del hemisferio norte, sin necesidad de volar o navegar, solo caminando, aunque algunos puentes deberemos cruzar..
“Este es considerado el camino más largo del mundo”
Una propuesta para realizar turismo y ejercicio sin contaminar, sin gastos excesivos, ya que además de la alimentación, solo requieres mucha agua, medicinas, algunos pares de buen calzado para esta larga trayectoria, ropa para los extremos de temperaturas por zonas y estaciones y, una muy buena planificación.
Si eres un buen caminante y crees que puedes mantener un buen ritmo durante 8 horas diarias a una velocidad de 5 km/hora, necesitaras 560 días para conseguirlo. En este caso tendrías la oportunidad para dedicar 8 horas diarias para hacer turismo, conocer culturas, probar los alimentos y cocina de cada uno de los rincones de los 17 países por los que cruzaras (Sudáfrica, Botswana, Zimbabwe, Zambia, Tanzania, Uganda, Sudán del Sur, Sudán, Georgia, Egipto, Jordania, Siria, Turquía, Rumania, Bielorrusia y Rusia).
Es una buena forma para conocer planicies y montañas, valles y cumbres, playas, desiertos, nieve, húmedas selvas o frondosos bosques, vegetación, fauna, grandes ríos y mares y diversos accidentes que nos ofrece la geografía de tres continentes: África, Asia y Europa.
Y además podrás descansar y dormir 8 horas diarias. ¿Qué te parece?
Para finalizar, una sugerencia más: Si este largo camino lo realizas acompañado por buenos amigos, será la mejor forma para emprender la aventura y asegurar apoyo cuando empiezan a fallar las fuerzas, por seguridad, incluso para que sea una ruta divertida.