El día de los Inocentes......
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Los “banyuts” (cornudos) te esperan a Castellvell
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Para disfrutar de la fiesta de “La Banya” (cuerno)
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Llufes (sambenitos), bromas y cuernos
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Buenas vistas, el mejor aceite y el rescoldo del pueblo
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Historia, cultura y tradiciones
Sin duda, fuera de villa es la fiesta más conocida. Se celebra el día de los Inocentes (28 de diciembre), precisamente nacida a raíz de la independencia de Reus. En esta fiesta, además de los concebidos sambenitos y bromas de todo tipo, es típico hacer pagar una “banya” a todo el mundo quien quiera acceder a Castellvell.
La Fiesta de “la banya” es un ejemplo muy representativo de la tradición de hacer pagar a la gente para ir por las calles o para salir de la población. En Castellvell del Camp, el popular impuesto se denomina hacer pagar la banya y es especialmente dedicado a los ciudadanos de Reus que subían a la fiesta de invierno de esta población.
A pesar de que la denominación deriva probablemente de ban o bany (pena pecuniaria; impuesto o multa), la voz popular apunta que antiguamente figuraba que se apuntaba el nombre del contribuyente en un listado con la ayuda de un gordo cuerno.
Hay que recordar que -a pesar de que la costumbre es anterior- Castellvell aconteció municipio independiente el 1854 y esto dio una especial significación a esta práctica, hasta el punto que muchos creen que se instituyó solo para hacer pagar dinero a la gente de Reus, con motivo de haber conseguido Castellvell la independencia municipal respeto la capital del Baix Camp. Incluso, hay una canción que dice:
En el pueblo de Castellvell,
todos son pequeños y malos,
que hacen pagar la banya,
el día de los Inocentes.
El nombre ha sido recuperado para la celebración a finales del siglo XX y la fiesta se organiza desde el Consejo de Cultura y el Ayuntamiento. El grupo de jóvenes hace pagar la voluntad para entrar o salir del pueblo y con el dinero se paga el almuerzo de la Festa de l’oli (fiesta del Aceite). Esta práctica tradicional sirvió también de motivo para la creación de los personajes representados por los gigantes de la población.
Castellvell del Camp
Es un pueblo pequeño en extensión (de 5,3 km cuadrados), pero de privilegiado emplazamiento. La mayor altura es el Salvià de Lluardó, de 473 metros, y el punto más bajo se levanta a solo 160 metros. Desde donde podemos disfrutar de las maravillosas vistas sobre el Camp de Tarragona.
Las poblaciones vecinas son muy próximas: Reus a 2 km, Almoster a 1,5 km y Aleixar a 5 km (en línea recta y por caminos).
Para el visitante el casco urbano antiguo conserva el encanto de los pequeños pueblos. Encogido bajo los pies del cerro de Santa Anna, el Castellvell más tradicional desvela sus pequeños encantos en la subida a Santa Anna, la Font nova, la iglesia de Sant Vicenç mártir o en las arcadas antiguas de Cal Tramuntà.
La actividad agrícola todavía se mantiene, sobre todo gracias a la producción del aceite (denominación de origen Siurana) y la muy buena tarea que desarrolla la Cooperativa Agrícola de Castellvell.
El origen
Castellvell del Camp está unido a la ciudad de Reus y la villa de Almoster, que durante mucho tiempo permanecieron bajo la jurisdicción del arzobispo y, en especial, de su representante el Cambrer.
Todo y el nombre del pueblo no hay ningún resto arqueológico ni memoria popular que haga referencia en un castillo o a un elemento defensivo. Documentalmente, se lo menciona el 1136 como el “Castrum Veteri, terminus Reddis” (Castell Vell, término de Reus) y, el 1409, sale escrito Castellvell. La partida del Vilar (con una villa romana y un horno de ánforas) es documentado ya el 1520.
El encuentro, el 1924, de gran cantidad de piezas neolíticas redondas y de valor ornamental y, posteriormente, paleolíticas y romanas en el monte del Águila, así como de un poblado ibérico (a Santa Anna) – excavado el 1934- habría podido dar origen en el nombre -antes mencionado- de Castri Veteri, como primer núcleo de población. Este primer núcleo habría sido amurallado, pero hoy en día solo queda el denominado “Portal”.
Después de la Reconquista formó parte del término de Reus y fue dado a poblar por el Cambrer, pero al surgir desavenencias con el repoblador, el Cambrer volvió a comprar el feudo, en el 1206. La Cambreria perdió poco después el dominio sobre el término, y conservó solo la jurisdicción sobre el casco urbano, hecho que provocó, en 1663, el nombramiento de un procurador para intentar recuperar las tierras. El 1825 su término se limitaba todavía al cercado urbano.
Fue a raíz del pacto con Reus, en 1854, que consiguió tener territorio propio, formado con unas partidas del término de Reus y una parte desde Albiol. Castellvell formó parte de la Comuna del Camp. En el siglo XVI, al derogarse la Cambreria pasó a ser propiedad del arzobispo y esta fue una época de expansión demográfica.
Durante la Guerra de los Segadores, a pesar de la oposición reusense, se construyeron las murallas y los portales con la autorización del virrey Philippe de la Mothe.
El siglo XVIII se caracterizó por un fuerte incremento económico y demográfico, como pasó en todo el Principado.
Durante la Guerra del Francés, Joan Ciré, “el ladrillero de Castellvell”, fue jefe de una partida de “caragirats” y recibió el nombramiento de capitán de Napoleón.
El pueblo, situado bajo el cerro de Santa Anna, tiene una sola calle que hacia la mitad se divide en dos. Se conservan casas con portales adovelados. Hay arcadas antiguas a Cal Tramuntà, documentada ya en 1706.
La iglesia parroquial está dedicada a Sant Vicenç. Hay documentos datados el 1599 aunque la construcción actual es posible que sea una renovación o quizás una construcción de nueva planta, puesto que en el umbral lleva la fecha de 1702. La iglesia es de líneas sencillas, de estilo neoclásico. El 1936 fue quemado el retablo, obra de Bonifàs, y se salvó de la crema la figura más elevada que representa el Padre Eterno.
En un cerro tocando al pueblo hay la ermita de Santa Anna, rodeada de cipreses. Se acordó su construcción en 1424. Sin mucho interés arquitectónico, fue restaurada en 1852. En el siglo XVI fue utilizada como hospital de apestados. Fue destruida en parte durante la guerra del Francés. Los siete retablos que contenía fueron destruidos en 1936. El acantilado que hay bajo la ermita es artificial y se hizo para obtener la piedra que se utilizó en la construcción del primer puerto de Salou y en las carreteras locales.
El año 1854, Castellvell del Camp obtiene la total independencia administrativa respecto de Reus.