Un mercado digital caníbal.......
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Plataformas, aplicaciones, redes sociales y servicios de mensajería
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Los derechos de autor y editores
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Obras editoriales protegidas
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Perjuicios a sus escritores, traductores y editores
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Actual aplicación de inteligencia artificial generativas (IAG)
Desde sus inicios, y en términos económicos, el modelo de negocio de los servicios digitales -como plataformas, aplicaciones, redes sociales y servicios de mensajería- se ha basado, en gran medida, en la explotación de grandes volúmenes de obras editoriales protegidas por los derechos de autor, muchas veces sin tener en cuenta a sus autores y editores.
Este modelo de actuar de las tecnológicas ha transformado profundamente el mercado editorial digital, que en los últimos años ha sufrido una suerte de “canibalización” por parte de estas multinacionales. El resultado ha sido una drástica reducción del valor asignado a libros, periódicos, revistas y partituras digitales que, en muchos casos, han sido afectados por un coste marginal de reproducción y “distribución” cercano a cero, perjudicando directamente a sus escritores, traductores y editores.
Las plataformas digitales debilitan al sector editorial
Esta situación, como hemos visto, responde a distintas estrategias de negocio impulsadas por las empresas tecnológicas. En ocasiones han utilizado las obras editoriales de forma directa para el desarrollo de su propio negocio, ya sea de forma legal (con acuerdos o licencias) o ilícita (con páginas piratas, etc.). Y otras veces, de forma indirecta.
En ambos casos, la naturaleza de las obras editoriales se transforma con respecto a la tradicional: pasan a convertirse en productos «asimilados», cuyo consumo es no excluyente y no rival. Esto significa que cualquier persona puede acceder libremente a ella y que la lectura por parte de un usuario no impide que otros hagan lo mismo. Esta nueva realidad debilita la posición de editores y autores en el mercado digital, ya que el canal de acceso al libro o diario cambia radicalmente. Como consecuencia, el valor que el consumidor está dispuesto a pagar por estos contenidos disminuye, terminando modificando sus decisiones de compra.
Y es que los servicios digitales, que requieren de grandes inversiones, han crecido generando barreras de entrada a la competencia, gracias a su ventaja en datos, usuarios, posicionamiento, etc. Este crecimiento ha sido impulsado por lo que se conoce como «efectos red» (un servicio se vuelve más útil cuanto más usuarios lo utilizan, como ocurre con WhatsApp o Instagram). De este modo, las grandes multinacionales han podido romper el modelo de funcionamiento de determinados sectores, transformando la forma en que accedemos a sus productos y servicios.
Ahora, con el desarrollo de las aplicaciones de inteligencia artificial generativas (IAG), están en camino de interferir también en las reglas de suministro del mercado para los bienes y servicios públicos (sanidad, educación, etc.).