Con un huerto siempre obtenemos beneficios…
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Calidad alimentaria
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Mejoran la oxigenación del aire
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Reducción del calor ambiental del entorno
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Integración con la naturaleza
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Actividad familiar
En nuestra terraza, balcón o jardín, al aire libre, en el interior o protegido con un pequeño invernadero, el huerto urbano puede ser una gran ayuda para nuestro consumo doméstico. Hoy prolifera en las ciudades y poblaciones paralelamente a su crecimiento, y nos permite tener un espacio destinado al cultivo de plantas aromáticas o medicinales, verduras, hortalizas, legumbres, incluso ciertas frutas.
Si bien esta es principalmente una iniciativa personal o familiar, se están formando cooperativas en espacios más amplios, compartidos, muchos de ellos impulsados por los Ayuntamientos u entidades de gestión hacia el consumo saludable de la sociedad.
Además del consumo de vegetales más naturales y por tanto saludables, obtenemos otros beneficios de tener un huerto urbano, la reducción de los índices de calor, la oxigenación de áreas y por tanto una mejor calidad de aire, mayor conservación o durabilidad de los productos, y estar en contacto e integrado con la naturaleza.
También es cierto que en la mayoría de los casos este tipo de huertos no son suficientes para abastecer las necesidades familiares, pero también lo es que ayudan a entender, mantener y apreciar el valor nutricional de cada uno de los vegetales, ya que son cultivados de manera ecológica y cosechados en el estado adecuado de maduración, poniendo en práctica aquello…..…. “del huerto a la mesa”.
Ya hemos tomado la decisión, manos a la obra….
Seleccionemos el lugar para crear el huerto
Lo primero que debes tener en cuenta es que no vas a necesitar ningún gran terreno para crear tu huerto doméstico. Puedes hacerlo en cualquier lugar, por pequeño que te parezca.
Es indispensable: que ese lugar reciba buena iluminación. Sin sol no hay fotosíntesis y sin fotosíntesis no hay huerto. Nuestro consejo es que busques la orientación que nos brinde mayor cantidad de hora directa de luz, aunque entendemos que en la mayoría de los casos esta elección será complicada y tendrás que adaptarte al espacio que tienes, a menos que el huerto ya sea mayor cooperativo.
Seguiremos con el recipiente a utilizar
Lo ideal es hacerlo directamente sobre el suelo, pero en general esto no es posible, ya que lo creamos en una terraza, balcón o en espacios interiores.
Por tanto debemos construir o comprar un recipiente que cubra las necesidades y el espacio disponible. En comercios del sector los hay de todos los tamaños y materiales. Lo más prácticos son las mesas de cultivo, aunque también podemos usar jardineras verticales o macetas. Sugerimos que sean de madera.
También podemos comprar unas tablas o buscar en el mercado unos cajones y con un buen diseño y trabajo de bricolaje lograremos abaratar costos y hacerlo más natural. Veamos algunos modelos…..
Nuestro tercer paso, será la tierra para el cultivo
La tierra o sustrato es el equivalente al suelo en el campo. Hay muchas opciones pero te recomendamos que elijas alguno que sea orgánico para tu huerto urbano.
Con ello conseguirás menor peso, un contenido de nutrientes que tienen pH neutro y airean muy bien.
La composición de este tipo de sustratos está estudiada para asegurar que los resultados son los mejores.
El riego, un tema importante.
La elección del sistema de riego del huerto urbano es fundamental. El agua será la encargada de llevar los nutrientes del suelo hasta las raíces de las plantas, lo cual posibilitará su crecimiento.
Hay varias opciones:
Manual: Es la mejor solución para huertos pequeños. Puedes usar una manguera, una regadera o incluso una jarra de agua. Es necesario baja presión, una distribución en todo el huerto, sin dejar lagos de agua o saturación n hojas que pueden quemarse con el sol.
Goteo: También llamado "gota a gota", es el sistema más eficiente de todos, aunque puede resultarte la más costosa.
Podrías utilizar una manguera vieja o nueva que recorra todo el huerto, conectada a una llave de paso, realizar unas perforaciones a todo lo largo, con espacios de 15 o 20 cm. Solo tienes que abrir y cerrar la llave por un periodo diario, o ponerle una llave con temporizador.
La otra alternativa será comprar una manguera preparada para el riego por goteo en una tienda especializada.
Autorriego: También puedes usar algún sistema de autorriego sencillo y económico. Te resultará muy útil si vas a estar algunos días fuera de casa y no quieres dejar tu huerto “abandonado”. Un ejemplo serían las macetas que tienen un depósito acumulador de agua que se va filtrando poco a poco, o botellas invertidas, donde la tierra va absorbiendo el contenido de agua según su necesidad.
En cualquiera de los sistemas que seleccionemos, el riego es preferible realizarlo al atardecer o por la madrugada; hay menos evaporación y la planta absorbe mejor el agua.
Ahora llegamos a la pregunta clave
Ya tenemos el espacio, el recipiente el sistema de riego, ¿Qué vegetales sembramos? Seguramente es la respuesta más difícil por diversidad de opciones, sujetas en su mayoría al espacio e interés del usuario o familia.
Tendremos que tener en cuenta, que casi todo tipo de vegetal podemos plantar, si bien debemos contemplar la estacionalidad:
- Ahora en verano, lo ideal: perejil, espinacas y rúcula.
- Pronto llegará el otoño: rabanito, acelgas y remolachas.
- En invierno, lo más aconsejable son: acelgas y guisantes.
- Y finalmente cuando llegue la primavera: lechugas, judías y pimientos.
Sin embargo, es preferible consultar cada ciclo y las sugerencias, con lo cual tendrás opciones infinitas, desde tomates, fresas, espinacas, rúcula, menta, remolacha, frejol, judías lechugas, coles, zanahorias, hasta melones o calabazas si el espacio lo permite.
Podemos hacerlo con semillas o con plantas jóvenes que se deben trasplantar desde el área de venta hasta nuestro huerto. Las primeras son más económicas, pero la segunda opción te complica menos y te da mejor y rápido resultado. ¿Por cuál te decides?
Una vez que hayas dado respuesta a las preguntas…. Solo faltará “ponerle manos a la obra”
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