Días de fiesta, de encuentro familiar y de turrones......
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Es Navidad, y las tradiciones nos llenan la mesa de buenas comidas
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Caldo y cocido catalán, asados, turrón y cava
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Disfrutémos de las Fiestas Navideñas en familia
"Ara ve Nadal, matarem el gall i a la tia pepa li donarem un tall..... Caga tió, caga tió, neules i torrons......" Son canciones tradicionales catalanas que todos hemos cantado alrededor de Navidad. Y en todas las comidas tenemos los buenos turrones como parte de nuestra gastronomía, y si son de Agramunt mucho mejor!!!
Historia del Turrón de Agramunt
La cita más antigua documentada hasta el día de hoy, que habla de la elaboración del Turrón de Agramunt fecha de 1741, en unas cartas de una de las familias nobles de la villa, la familia Siscar.
En estas cartas se describe el número de personas que se dedicaban a los diferentes oficios que en aquel momento había a la villa. Esta información consta en los últimos documentos adquiridos por el Ayuntamiento y se encuentran en el archivo histórico municipal.
Entre estos oficios hay el de “torronaire” (turronero), el cual resulta ser el oficio más numeroso, con un total de siete torronaires. Este hecho nos demuestra que la actividad torronaire en la población era muy importante y sobre todo que la tradición se remonta muchos años antes del 1741.
Todo y la carencia de documentos de la actividad torronaire durante el s.XVII ya constituía una tradición de la villa de Agramunt, la cual se mantuvo durante los años posteriores hasta que al s.XIX, el turrón ya se conoce con el nombre de Torró d’Agramunt (Turrón de Agramunt).
Esto se puede comprobar con el libro "Tratado completo y práctico de confitería y pastelería" editado al 1847 y en el cual se puede encontrar la receta del Turrón de Miel o de Agramunt.
El Turrón de Agramunt durante los siglos XIX y XX obtuvo un gran reconocimiento y prestigio gracias a la asistencia de los torronaires a ferias, encuentros, mercados.. y sobre todo a las paradas que estos abrían en Navidad en la ciudad de Barcelona.
A la feria de Navidad de Barcelona los torronaires de Agramunt ponían sus paradas en puntos diversos de la Rambla y en los portales de las casas más céntricas, donde tenían parada fija. Los torronaires de Xixona (turroneros de Jijona) también asistían a la feria de Navidad de Barcelona y pronto surgió rivalidad entre estos torronaires, los cuales rápidamente ocuparon los puntos más estratégicos de la Rambla, dejando solo a los valencianos la posibilidad de abrir parada a la feria o bien de alquilar una tienda, con el gasto económico que esto suponía.
Los torronaires de Agramunt para diferenciarse de los de Jijona se vestían de campesino “endomingado” y se cubrían la cabeza de los hombres con una barretina musca y las mujeres con un pañuelo de seda blanco.
La importancia y la popularidad de los torronaires agramontinos llegó incluso al mundo de la literatura, así encontramos que al 1872 en la publicación de la obra de teatro “la Dida” de Serafí Pitarra, la protagonista es hija de Agramunt y de oficio torronaire.
En Agramunt los torronaires establecían paradas de venta en las tres ferias que se celebraban durante el año: la del 3 de mayo, la del 10 de agosto y la del 4 de diciembre. La participación de los torronaires era importante y numerosa puesto que en un documento del 1803 se explica que los torronaires que en la feria del 4 de agosto no cupieran en la plaza Mayor y del Mercadal se tendrían que poner a los porches desde la casa de las monjas a la del Sr. Jaume Borrell.
Aun así no se puede saber con exactitud el número de obradores que había a la villa. Se conocen algunas de las familias que se dedicaban pero no es hasta la aparición de los primeros anuarios estadísticos, en los cuales se cita la industria que hay en los pueblos, que se puede dar datos con nombres y apellidos concretos.
Durante la guerra civil la actividad torronaire, al igual que el resto de actividades económicas, también sufrió las consecuencias y se paralizó. Al finalizar la guerra se retomó la actividad pero los problemas de abastecimiento de primeras materias afectó también a los torronaires, los cuales durante unos años sufrieron graves problemas de abastecimiento de avellana.
En la actualidad la presencia de turrones en ferias, tiendas, supermercados y grandes superficies comerciales ha sido un medio de reconocimiento muy importante del Torró de Agramunt, conjuntamente con los distintivos otorgados por la Generalitat de Cataluña y la CEE.
Receta con el nombre de "Turrón de Agramunt"
Extraída del libro “Tratado completo y práctico de confitería y pastelería editado al 1847
"Se pone en la hornilla lo caldero cono dos arrobas de miel blanca y de buen saboreo a romero, luego cono lo espatulón se menea, y en empezando a hervir se aparta de la lumbre, se espuma perfectamente; después se vuelve lo caldero al fuego y se sigue removiendo sin cesar hasta que tenga lo punto de bola floja, en cuyo estado se blanquea cono doce claras de huevo batidas a punto de nieve; y cuando haya adquirido lo punto de caramelo fuerte se hace la mezcla, echándole una arroba de almendras tostadas, otra del mismo estilo de avellanas y dos onzas de granos de cilantros machacados. Cuando todo esté bien mezclado, se colocará sobre una mesa polvoreada de harina superior; después se toma a pedazos de media libra cono los cuales se forma una colcha que se coloca entre dos obleas blancas y se prensan o aprietan cono un grueso tapón de madera."
La primera receta de los "Torrons d’Agramunt"
Obtenida del manuscrito del S.XV titulado Libro de todos modos de peladillas. En el capítulo XXXII se da la receta "Para hacer torrons de avellanas".
"Para hacer turrones de avellanas tostadas con miel y hacer tabletas, tomarás las avellanas y las tostarás; cuando sean tostadas las harás muy limpias con un trozo de vidrio y que sean muy limpias. Después tomarás la miel, tanta como tendrás que menester, en la proporción de una libra de miel por cada libra de avellanas, la pondrás al fuego con poco fuego y la removerás bien, después la sacarás del fuego y añadirás un blanco de huevo (clara de huevo batida a punto de nieve) por libra de miel, cuando la miel sea tibia, y entonces lo removerás fuertemente un largo rato. Lo volverás al fuego y que cueza hasta que sea cocida, removiendo siempre con poco fuego. Para conocer cuando la miel es cocida es explicado al capítulo de la pinyonada. (Para conocer cuando la miel es cocida, cogerás la miel y la pondrás en una escudilla de agua fría y aquella miel que habrás puesto se tiene que romper como vidrio; así mismo hay algunos que la mastican con los dientes, y si se engancha a los dientes no es cocida, pero si es cocida no se enganchará, sino que se romperá como vidrio). Cocida la miel la sacarás del fuego, cogerás las avellanas se las añadirás y lo mezclarás bien. después lo extenderás todo y harás tabletas de caliente en caliente de la medida que quieras."