Es la pregunta que nos hacemos.......
-
Hoy, NO hay respuesta
-
Campesinos y Ganaderos deben de ser parte del futuro
-
No podemos cambiar las frutas o verduras por imaginarios
-
No podemos cambiar las carnes por plásticos o cartón
-
Los productos naturales, de proximidad, son nuestra salud
-
Son la vida, el trabajo y futuro de miles de personas
En Cataluña, cada año va reduciéndose el número de campesinos y ganaderos, actividades claramente necesarias para que la población tengamos productos agroalimentarios para el consumo, para el día a día de nuestra ya complicada existencia.
Desde hace meses, años, las declaraciones sectoriales y las noticias en los medios de comunicación cada vez preocupan más, siempre están relacionadas en dos orígenes:
El primero, los precios de mercado, no corresponden al valor que reciben en la mayoría de casos, los campesinos y ganaderos, estos no compensan el trabajo y la inversión, incluso llegan a ser negativos, es decir, que el precio de venta es más bajo que la referencia a los costes de producción. Por el contrario, en la calle, en el mercado, cada día compramos más caro. ¿Donde está, donde se queda este diferencial?
El segundo, es la carencia de relevo generacional, la juventud prefiere buscar pueblos más grandes, ciudades donde migrar desde el campo con la finalidad de tener supuestamente mejores oportunidades de estudio y trabajo.
La Unión hace la fuerza
El año 1997 se fundó la JARC, Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña, una organización profesional agraria catalana para fortalecer la representatividad ante el Gobierno de Cataluña, el Estado español y Comunidad Europea, gracias a su pertenencia a la Coordinadora de Organizaciones de Agricultoras y Ganaderos (COAG).
Esta entidad es el resultado de la unión de tres organizaciones agrarias territoriales con una destacada trayectoria: Ganaderos y Campesinos de Cataluña (Cataluña Central), Jóvenes Agricultores de Girona y la Unión de Sindicatos Agrarios de Cataluña (Lleida). Así pues, cuentan con la experiencia de personas que pertenecen al sector desde hace muchos años y que han sido capaces de animar a las nuevas generaciones.
Estos últimos años, la situación sanitaria redujo las movilizaciones en defensa del mundo rural y del sector agrario que emprendieron, bajo el lema "Salvemos el campesinado, defendamos el mundo rural", con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los pueblos de Cataluña, de los agricultores y ganaderos catalanes, para conseguir reducir la migración desde el campo, y si es posible motivar un retorno y recuperación.
Ahora, con el manifiesto inferior, la JARC, Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña retoman esta lucha y movimiento reivindicativo que quiere hacer sentir la voz de las personas del mundo rural y cambiar las políticas catalanas, estatales y europeas que las afectan.
En general, los municipios catalanes tienen un déficit en servicios desde hace años. A veces, son zonas valoradas el fin de semana como consecuencia de actividades complementarias como turismo rural, visitas, catas, muestras, mercados, pero dónde no se invierte bastante para que de lunes a viernes la gente viva correctamente y se gane bien la vida.
Todos sabemos que cuando toca poner placas solares, molinos de viento o centrales nucleares tocan las puertas de las zonas rurales; aun así, la gente que vive el día a día, nunca obtiene un beneficio del bien aportado a la sociedad y tienen que tragarse los perjuicios.
A este sector tan importante para nuestra sociedad, es evidente que les preocupa especialmente la situación del colectivo. Cada vez hay menos agricultores/as y ganaderos/as trabajando para garantizarnos unos alimentos sanos, de calidad y asequibles. La razón es sencilla, en muchos casos su actividad no es rentable y sus hijos no la quieren continuar, como así lo habíamos mencionado antes.
“Todos queremos campesinos y ganaderos que continúen en sus pueblos produciendo alimentos para todos y todas”.
El Manifiesto en Defensa del Sector Agrario y del Mundo Rural
Las Principales Reivindicaciones:
- Servicios sociales, planes formativos y de ocupación adecuados para nuestros pueblos.
- Establecer energías renovables buscando el menor impacto en el territorio y compensando por los perjuicios.
- Plan de choque ante el incremento de costes de producción agrarios (bonificar la compra de gasóleo, abonos y otros).
- Aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria para garantizar que los precios cubran los costes de producción.
- Ayudas agrarias que compensen las inversiones medioambientales, de bienestar animal y seguridad alimentaria.
- Controlar que las importaciones cumplen las normativas vigentes en la Unión Europea.
- Promoción y defensa de la actividad cinegética como medida de control de la fauna salvaje.
- Condiciones de contratación laboral que permitan la temporalidad y estacionalidad intrínsecas del sector agrario.
- Seguros agrarios asumibles económicamente.
- Reducción de las tarifas eléctricas y aplicación de la doble potencia para el sector agrario, tal como prevé la ley.
- Facilidades para los jóvenes que se quieren incorporar al sector agrario, así como para todas las mujeres, que acostumbran a tenerlo todavía más difícil.
- Plan de promoción del agroturismo generando riqueza al medio rural, pero respetando la actividad agraria
Si estas propuestas y necesidades se pueden cumplir, conseguiremos que los siete millones y medio de catalanes tengamos un futuro alimentario como es debido.