Es la reina de la variedad....
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Todo tipo de aprovechamiento
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De carnes, peces o mariscos, de asados, de cocidos, fritos o crudo
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También de hortalizas, verduras, embutidos o curados
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Casi de todo se hacen croquetas buenísimas
Hace pocos días nos pasó por alto un día muy relevante por la gastronomía, tanto de la cocina casera como de la de los mejores restaurantes. Nos referimos a su majestad la "croqueta", pues el pasado 16 de enero se celebraba en el mundo, el "Día Internacional de la Croqueta".
Así que lo queremos celebrar elaborando unas buenísimas croquetas caseras de “pollo y jamón” como las preparaba la abuela, es decir muy nutritivas, cremosas y especialmente para lamerse los dedos!
Antes de preparar estas croquetas que van bien tanto por comidas rápidas como por tapas o plato de fondo, es interesante saber que tienen el suyo el origen en Francia a mediados del siglo XIX.
Importando tener en cuenta que se pueden realizar con varios ingredientes, es una forma de aprovechamiento fabulosa para los sobrantes de toda clase de carnes, peces y mariscos, procedentes de asados, cocidos, freídos o simplemente crudos. Cada casa tiene una receta diferente, a pesar de que el proceso y acabados acostumbran a ser parecidos.
Fin de palabras y pasemos a la preparación.....
Croquetas de pollo y jamón serrano
Primero y después lavarnos las manos, prepararemos a la cocina o mesa de trabajo, el que necesitamos:
Ingredientes (para unas 6-8 personas):
½ pechuga de pollo (preferible de campo)
200 gramos de carne de cerdo trinchada o morcilla
50 gramos de jamón serrano a lonjas o tacos
1 cebolla grande o 2 medianas
2 dientes de ajo
4 ciruelas pasas
1/2 copa de vino rancio
2 cucharadas soperas de tomate frito o concentrado
3 cucharadas sopera de harina de trigo
Leche según requiera la pasta a realizar
2 huevos
1 cucharada sopera de perejil picado
Pan rayado
4 cucharadas de aceite de oliva
Aceite para freír
Sal y pimienta negra a gusto
Preparación:
Iniciaremos picando la cebolla, el ajo y el perejil, el jamón y las ciruelas, todo muy fino y por separado.
Cortaremos a trozos pequeños todas las carnes a utilizar.
Pondremos una paella a fuego mediano con unas tres o 4 cucharadas de aceite, y tan pronto empiece a calentarse añadiremos la cebolla, la saltaremos hasta que empiece a suavizarse, añadiremos un poco de sal y el ajo.
Un par de minutos después, añadiremos el tomate, el jamón y las ciruelas. A continuación, las carnes crudas o ya preparadas, un par de minutos más y añadimos el vino rancio. Dejaremos que se integre todo por unos diez minutos a fuego lento y tapado. Iremos revisando que no se seque, por eso podemos añadir cucharada a cucharada agua (caldo si lo tuviéramos) para conseguirlo.
Pasados estos diez minutos lo trasladamos en un bol y lo trituramos con una batidora tipo túrmix a medida de nuestro gusto. Me refiero más fin porque no haya ningún trocito notable o algo más grueso donde se puedan encontrar los diversos integrantes.
Probaremos y añadimos sal y pimienta negra a gusto. Volvemos el conjunto a la paella inicial, le añadimos la harina, removemos bien y despacio la cantidad de leche porque quede una masa espesa que pueda ser maleable para formar las croquetas. Retiramos porque enfríe cuatro o cinco horas como mínimo.
A continuación, daremos forma a las croquetas....: pondremos tres platos próximos, uno con harina, otro con los huevos batidos y un tercero con el pan rallado.
Daremos forma a las croquetas, alargadas o redondas, las pasaremos por la harina, después por el huevo y finalmente por el pan rallado, y listas para freír .......
Para freír, hará falta una paella con un par de dedos de aceite porque se logren dorar bien o en una freidora habitual. El aceite tiene que estar caliente. Las pondremos una a una hasta dorar, -NO TOSTAR-, quedarán crujientes, cremosas y deliciosas. El proceso de frito es muy breve e importante.
Las retiramos y las pasamos a una fuente y sobre papel absorbente y APUNTO!
Podremos comerlas calentitas o también frías.
Observaciones: Podremos congelarlas y comerlas en cualquier momento pasando por el microondas. Pero sugerimos que en este caso es preferible hacerlo antes de realizar el proceso harina+huevo+pan rallado, procediendo con esto, una vez las descongelamos, con el que conseguiremos el mismo resultado crujiente.